No todos nos sentimos cómodos frente a una cámara, a muchos nos da vergüenza y nos paraliza, y no sabemos cómo actuar. A mí también al principio, ¡no penséis que no! Pero la sesión preboda o sesión de pareja no es más que una hora de vuestro tiempo.
Una hora que disfrutaréis mucho y seguramente sea vuestra primera sesión en pareja, así que tendréis unas fotazas juntos que nunca hubierais pensado.
Así que vergüenzas fuera, olvidemos la cámara y sed nosotros mismos, actuar con la mayor naturalidad posible y… escuchar al fotógrafo, él/ella es quien os aconsejará y ayudará para conseguir el mejor resultado. Así que se trata de un trabajo en equipo, 50 / 50 vosotros y el fotógrafo. Ésta sesión es la mejor forma de conoceros que tenemos los fotógrafos, la sesión y también tomar una cervecita mientras charlamos.
El día de vuestra boda será fugaz, tendréis tanta gente con vosotros y tantas emociones al mismo tiempo que los 20 minutos que dispondremos para hacer vuestras fotografías dependerán mucho de la sesión de pareja o preboda. Tenéis que sentiros a gusto, cómodos conmigo, como si fuera una amiga de toda la vida y es a esto a lo que nos ayuda la sesión preboda. Pensad que el día de la boda estaré 12 horas, un día entero fotografiando desde dentro en vuestra casa junto a vuestras madres, hasta ser confidente de vuestros amigos y familiares, informada de las sorpresas, de cada detalle… capturando todo lo que ocurra a vuestro alrededor. Así que debéis sentiros cómodos conmigo y confiar en mi trabajo. Y esto se consigue con la sesión preboda. Cuando trabajo con alguien me gusta conocerlo, saber cómo es, qué necesita, qué le gusta… cuanto más sepa de vosotros mejor sabré imaginarme previamente cada situación durante la boda, sabré cómo y en qué situaciones os sentiréis más cómodos. Y por vuestra parte también tendréis beneficios claro, os sentiréis más cómodos conmigo y la cámara, tendréis unos conocimientos previos de cómo actuar (frente a la cámara) durante nuestros minutos a solas en la boda, os acostumbraréis a verme asomada en algún lugar haciendo fotos y os parecerá hasta gracioso, me veréis con naturalidad, sin pensar “¡Oh no! ¡Ahí está!” Ése el objetivo de ésta sesión, sentiros cómodos, despreocupados por mi presencia y seguros del resultado.
Las sesiones de pareja son una experiencia, pero sobre todo son un recuerdo que os llevaréis para siempre allá donde vayáis y algo que podréis ver y recordar siempre. No es algo que estemos acostumbrados a regalarnos, pero creo que sí es algo que muchos querríamos hacer junto a nuestra pareja para tener un recuerdo de un momento de nuestra historia. Y no hablo de esperar a la boda, si no de regalarnos una sesión donde nos veamos tal y como somos entre nosotros, donde vemos la complicidad, las miradas pero también las carcajadas y los gestos pillos que tenemos entre nosotros en la intimidad. Y eso es lo que me gusta captar cuando os fotografío, vuestra forma de ser entre vosotros, vuestra naturalidad, contada en forma de imagen, luz y color.
Son varios los factores a tener en cuenta en una sesión de pareja, desde el lugar donde hacemos las fotografías como el vestuario, el cual dependerá de la localización. Normalmente, cuando vamos a pasar el día al monte no vamos con zapatos de tacón u minifalda, ¿verdad? Pues en la sesión tampoco tendría sentido, me gusta que sea lo más natural posible por lo que no iremos en minifalta a la montaña, pero tal vez sí podemos ir con un estilo más campestre porque vamos a pasear y de picnic o bien abrigados a la playa porque se trata de una sesión en invierno en la costa. Así que el clima, el lugar y el vestuario tienen un sentido en conjunto. Son temas que vamos tratando para encontrar lo que más se identifica con vosotros.